Pesadilla en Elm Street - Crítica
Todos conocemos a Freddy. Por si acaso, quien ande fuera de juego debe saber que se trata de un ser maligno, armado con cuchillos en las manos y que ataca durante las pesadillas.

Pero todos conocemos a Freddy. Sí. Así lo asume el director Samuel Bayer en este remake del film de Wes Craven. No hay preámbulos. Ni presentaciones. Estamos ante un nuevo ataque de uno de los más peligrosos asesinos sobrenaturales y todo transcurre rápido, violento, muy al estilo Freddyano.

El problema de «Pesadilla en Elm Street: El Origen» es que esta mecha rápida se apaga pronto y la pólvora a la que amenaza anda algo húmeda. En primer lugar, el guión es fallido por unas interpretaciones que dejan bastante que desear y no llegan ni a la suela de los zapatos de los jóvenes que en los 80 se ennfrentaron a las mismas pesadillas. Todos parecen auténticos mojigatos y sólo la nueva Nancy parece reflejar un atisbo de personalidad. Más tarde hablaremos de Freddy.

Una de las principales bazas del film es mostrar el verdadero origen de Freddy, con historias de su pasado como jardinero en una guardería y retazos del hombre que fue, así como por qué, quiénes y cómo lo convirtieron en un ser, literalmente, de pesadilla.

Sin embargo, esta gran baza se torna en arma de doble filo, cuando el asesino se empecina una y otra vez en repetir, por motivos sentimentales, los mismos escenarios durante las pesadillas. ¡Qué error más grande! Si precisamente el entorno onírico de los sueños es el que podría posibilitar todo tipo de situaciones, sólo limitadas por la propia imaginación. En lugar de ello, la guardería y sus calderas son representaciones oscuras y tenebrosas, pero repetidas hasta la saciedad en todas las pesadillas, restando la infinita posible variedad de situaciones a un único entorno.

Por otro lado tenemos las muertes, que es, después de Freddy, lo más atractivo de estos slasher sobrenaturales. Nos encontramos con asesinatos muy, muy violentos, no demasiado sangrientos, y totalmente despiadados. A contrario que la saga original, estos asesinatos no tienen sarcasmo, ni elementos cómicos, son tremendamente serios, impactantes y están relacionados con la verdadera naturaleza de Freddy, la de un pedófilo desatado. El que sea un acierto o no es cuestión de gustos. Desde luego, es mucho más terrorífico ver a Nancy vestida como una niña de 8 años, con Freddy encima de ella a punto de violarla con su mano llena de cuchillos, que cualquier otra escena de toda la saga hasta este film.


Os presentamos a continuación dos escenas. Una de la película original y otra de la actual. En ambas vemos la representación de un ataque de Freddy en la cama de uno de los jóvenes. Si no quieres saber cómo suceden, sáltatelas. A los valientes que las visualicen, notar la diferencia entre ambas escenas. La primera, ochentera, gore, hasta cómica por el torrente sanguíneo que se desata. La segunda mucho más oscura, sin comicidad, mucho más violenta y brutal, con un asesinato limpio, poca sangre, pero más impactante.

Ahora debéis ser vosotros quienes decidáis, si es mejor una u otra. Obviamente, para gustos…

Finalmente llegamos a la representación de Freddy. Igualar a Robert Englund es una hazaña imposible. Por lo que Jackie Earle Haley lo tenía difícil desde el principio. Su Krueger es más siniestro y, curiosamente, mucho más humano. Físicamente le han aplicado una espantosa máscara de quemado, que queda bastante irreal. Personalmente no creo que seguir por la línea de la saga original hubiese sido un acierto, pero la solución actual tampoco ha sido la mejor. En lugar de ello, una cara mediante efectos especiales, similares o superiores a los de La Momia, por ejemplo, habría aportado terror, actualidad y mucha más originalidad, que lo que actualmente parece un plástico mal puesto en la cara de Jackie.


Respecto a los diálogos, Freddy es bastante parlanchín, con un curioso doblaje que causa rarezas en las pronunciaciones, pero contra más se le escucha mejor queda. Lamentablemente no es hasta el final del film cuando Freddy realmente muestra su carácter más siniestro a través de sus palabras. Y no queda nada mal, la verdad.

«Pesadilla en Elm Street – El Origen» tiene un gran inicio y un fantástico final, pero la trama del medio, que es el 80% de la misma, es floja, insustancial y repetitiva. Una auténtica lástima, porque de haber sido al revés, empezando por el final, por ejemplo, estaríamos ante toda una nueva aventura de Freddy absolutamente original y sorprendente. Si hay alguna frase que describa esta película es la siguiente: «Pudo ser mejor, pero lo cierto es que podía haber sido mucho peor«.

Valoración: 6/10

Lo mejor: los componentes de thriller son novedosos y la solución final para enfrentarse a Freddy es la mejor representada de toda la saga de Pesadilla en Elm Street.

Lo peor: las víctimas carecen de personalidad, la máscara de Freddy es ridícula hoy en día y la trama es demasiado floja para el inicio tan impactante que tiene.

Alternativas: Para sagas de terror Scream es entretenidísima, y como nuevos orígenes el de Halloween es excelente.

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2 Comentarios

  1. uhmm interesante aun no veo la pelicula porque la verdad me gustaban mucho las de los 80 creo que falto un poco de critica al sonido o soundtrack, pero igual gracias lo comentado ahora se que esperar

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